En el momento álgido de su carrera, Viotti fue considerado el más importante violinista de Europa, lo que equivale a decir del mundo. Hablamos de los últimos años del siglo XVIII, cuando Haydn reina en el mundo de la composición y ya despunta un genio absoluto llamado Beethoven. Viotti fue ya en el siglo XIX eclipsado en la faceta interpretativa por un monstruo llamado Paganini, un fenómeno de masas que dejaría en bien poca cosa a numerosos artistas de hoy en lo referido a fans y locuras cometidas por estos.
Viotti recorrió las principales capitales europeas como intérprete, promotor de conciertos y compositor. Su estilo es deudor de la tradición rococó italiana aunque con influencias claras de Haydn. Es decir, tiene ya un pie en el Clasicismo pero no llega a asomarse al Romanticismo como otros músicos de su tiempo. Pensemos que Viotti muere solo tres años antes que Beethoven y no es preciso decir qué salto enorme da este.
Aunque se dedicó a numerosas actividades (lo que incluye algunas relacionadas con la política y una experiencia en el sector del vino, con resultados ruinosos) tuvo tiempo de dejar un enorme catálogo, que incluye 29 conciertos para violín. Les dejo para este fin de semana el que quizá sea el más célebre: el número 23. Disfruten.