Luis Manuel Ruiz (Sevilla, 1973) publicó su primera novela hace ya casi un cuarto de siglo. En la primera etapa de su carrera literaria dejó varias muestras de su habilidad para crear misterios desarrollados en etapas históricas pasadas y con enigmas cuajados de claves culturales. Luego abandonó el género para adentrarse en algo que podría denominarse cómico-policial, porque en sus libros hay siempre una investigación que abordan profesionales (más o menos) de la investigación, pero con frecuencia están acompañados de otros seres caricaturescos. Son estos los que le brindan la ocasión de desarrollar un humor que va de lo ingenuo o lo más negro.
No contaban con mi astucia pone en la portada una frase célebre de un personaje de la TV latinoamericana de hace medio siglo. La novela recupera dos personajes de Temblad villanos: la policía Esther Béjar y el indefinible Mo Pardo. Ella ya tiene tarea con un hijo que prefiere dedicarse a inventar cosas que a jugar –de hecho, debe obligarle a ponerse con la play– y una madre que es víctima permanente de todo, incluso cuando ella misma es el agente activo y no pasivo.
Béjar debe enfrentarse a la investigación de un crimen extraño: un hombre ha sido torturado y asesinado en un conocido hotel de Sevilla cuando participaba en un congreso de clicks de Playmobil. Hay escenas muy ‘gore’, referencias a la cultura popular y la alta cultura, una investigación en sentido tradicional y una vocación de estilo que se nota en cada párrafo, casi en cada frase. Y eso distingue también las novelas de Luis Manuel Ruiz de otras del género.
(Publicado en elcorreo.com)