Max Richter es uno de los compositores actuales que trabajan a caballo entre la clásica propiamente dicha, el cine y otros géneros. En Youtube figura en un puesto muy alto si nos fijamos solo en autores y no en intérpretes. Una de sus obras tiene, sumadas todas las versiones, unos 32 millones de visitas, que se mire como se mire es una enormidad.
Las influencias que se encuentran en su música son muchas. Una de las primeras fue Mahler, pero también se identifican otras procedentes del minimalismo porque no en vano estudió con los nombres principales de esta corriente.
Su obra más ambiciosa se titula Sleep y dura más de ocho horas. Se supone que es una construcción relacionada con el sueño y se organiza casi como si lo fuera. Aunque está disponible en grabación, no es fácil pensar en programarla en una sala de conciertos, así que Richter hizo una versión a modo de suite que dura en torno a una hora. En ella aparecen todos los temas del original, pero de forma muy sintética. Es lo que les propongo para este fin de semana: una pieza extraída de esta suite. Son diez minutos en los que esa música lenta, sinuosa, cala hasta el fondo. No es difícil entender la popularidad de Richter.