José Saramago publicó en 1947, sin haber cumplido aún los 25 años, su primera novela. Por decisión de su editor, el título original, La viuda, fue cambiado por Tierra de pecado. Tras ese libro escribió Claraboya, que no fue publicado hasta después de su muerte. Y luego abandonó la literatura durante años porque, según propia confesión, no tenía nada que decir. Su primera gran novela fue Levantado del suelo. Ahí está ya su peculiar forma de narrar, que desarrollará en sus siguientes libros.
La viuda no se había traducido hasta ahora al castellano. Llama la atención, por cierto, que no se haya encargado de ello Pilar del Río, su viuda, que tradujo la mayor parte de sus últimos libros. En esta novela, lo que el escritor portugués cuenta es la historia de Maria Leonor, que pierde a su marido cuando apenas tiene 30 años. A partir de ahí, tras unas semanas de dolor sin consuelo, se decide a volver a vivir y así guiar los pasos de sus dos hijos pequeños y salvar la finca del Alentejo que regentaba su esposo.
Pero Maria Leonor debe hacer frente también a la presencia inquisitorial de Benedita, una especie de ama de llaves que se considera con autoridad para preservar la moral de la casa. Con ella mantendrá un enfrentamiento cada vez más evidente a medida que la viuda redescubra el deseo y la sensualidad.
Saramago escribió un drama rural clásico en todos sus elementos, incluida la forma del relato. Quienes admiraban su peculiar manera de insertar diálogos y reflexiones en la vertiente principal del texto considerarán esta una obra más sencilla. Pero dejando a un lado los elementos formales, es un relato sólido, con personajes bien dibujados y que retrata muy bien la vida en el Alentejo en la primera parte del siglo XX.
(Publicado en elcorreo.com)