Por suerte, la figura de Clara Schumann ha alcanzado ya un importante reconocimiento. Aún no está en la primera fila entre los compositores románticos de la mitad del siglo XIX pero sí en un peldaño por debajo, lo cual no es poco teniendo en cuenta con quién se la compara. Su catálogo de obras, además, no es demasiado amplio, como consecuencia de que hubo de ganarse la vida y mantener a una amplia prole con sus actuaciones como pianista. La locura primero y la muerte después a una edad aún temprana de su marido, Robert Schumann, condicionó su vida. No estoy seguro de que en lo artístico fuera para mal. Quizá con Robert en plena forma ella se habría retraído -era lo que sucedía en ese tiempo-.
Las cosas sucedieron de una manera trágica en lo personal pero a cambio ahora tenemos un puñado de obras de Clara. Y esas piezas suenan cada vez más. En este blog ya he dejado hace un tiempo su Concierto para piano y orquesta, que en los últimos tiempos está siendo objeto de interpretaciones frecuentes e incluso grabaciones. Hoy les propongo un Nocturno, concretamente el Nº 2 de la op. 6. Se lo dejo en la interpretación de una joven pianista de Hong Kong, formada en la Juilliard de Nueva York y residente en esta misma ciudad. Se llama Tiffany Poon. Disfruten.