Javier Gomá es filósofo, dirige la Fundación Juan March, escribe en Prensa artículos siempre afilados y con planteamientos originales y desde hace un tiempo es también autor teatral. En varias ocasiones, al menos una de ellas en las páginas de EL CORREO, ha explicado esa pasión por la escena y la relación que él encuentra entre teatro y filosofía.

Entre 2016 y 2019, Gomá escribió las tres obras que ahora se publican en un único volumen. Se trata de piezas de naturaleza y planteamiento muy distinto. La primera, Inconsolable, es prácticamente un monólogo de un personaje, El Hijo, que habla sobre su padre tras la muerte de este. La obra fue escrita también después de la desaparición del padre del autor y, aunque en algunos momentos no falten unas pinceladas de humor, es un texto dramático, preñado de esa melancolía que genera siempre saber que algo o alguien no volverá.

Mucho más ligera es Quiero cansarme contigo o el peligro de las buenas compañías, una comedia protagonizada por dos parejas: ellas son hermanas y el marido de una se ve siempre abocado a la comparación con su cuñado, tan buena persona que termina por resultar odioso. Por último, Las lágrimas de Jerjes es una tragedia ambientada en la Grecia clásica y parte de una lectura juvenil de Heródoto. Se trata de la única pieza inédita del volumen, puesto que las dos primeras ya habían visto la luz con anterioridad.

Gomá escribe teatro pero no deja de ser filósofo en ningún momento. Por eso, aunque sea en tonos muy distintos y en circunstancias espaciales y temporales que nada tienen que ver, aborda algunos grandes asuntos de los seres humanos de todos los tiempos. Con apuntes que hacen pensar, como cuando Artábalo, uno de los personajes de Las lágrimas de Jerjes, dice: «Sospecho de pronto que mi pueblo, privado de teatro, inicia más guerras de las que necesita». La sospecha vale para hoy mismo.

(Publicado en elcorreo.com)