Acaba el año. No voy a ponerle adjetivos al ejercicio 2020. Cada uno tendrá los suyos pero imagino que serán coincidentes en la gran mayoría de los casos. Mañana será ya 2021 y tendremos la esperanza de que resulte mejor. De momento, el acto con el que de alguna manera comienza el año para muchos será distinto. Me refiero al Concierto de Año Nuevo, que tendrá lugar por vez primera desde su creación sin público. Nos va a resultar muy extraño, seguro. Al menos, tendremos una cara (y una batuta) conocida en el escenario. La del italiano Riccardo Muti. Suya será la responsabilidad de conseguir que sintamos algo parecido a la felicidad mientras escuchamos esta música ligera, elegante y carente de preocupaciones.
La penúltima obra del programa oficial será el Vals del Emperador, de Johann Strauss hijo. Una pieza muy conocida, una de las más populares del repertorio, que destaca por su solemnidad, respondiendo a su título. Se la dejo en esta última propuesta musical del año. Disfruten. Y sean felices en 2021.