Sergio Vila-Sanjuán es probablemente el mejor periodista cultural español. El que mejor conoce la maquinaria de la industria cultural, quien tiene más contactos sobre todo en el mundo literario pero no solo en él, quien ha transitado en mayor medida en la vertiente informativa, la creativa y la de la gestión. Porque Vila-Sanjuán se dedica al periodismo desde 1978 (desde 1987 en ‘La Vanguardia’), pero es también ensayista y novelista (ganó el Nadal en 2013) y fue comisario del Año del Libro y la Lectura 2005.
Por qué soy monárquico no es un libro fácil. No navega a favor de corriente. En algún momento, el periodista catalán ha contado que cuando anunció que iba a publicarlo alguien le preguntó si este es el mejor momento. La pregunta llevaba implícita la respuesta de quien la hacía, por supuesto: no.
El planteamiento del texto es singular, porque la vinculación del autor a la monarquía comenzó por razones familiares. Su abuelo y su padre antes que él tuvieron relación con cuatro generaciones de reyes (incluido uno que no reinó). Una relación guiada sobre todo por la cultura.
A lo largo de 200 páginas, Vila-Sanjuán, que ha ganado este año el premio Nacional de Periodismo Cultural, va explicando el valor de la monarquía, sin ocultar la decepción sufrida en relación con algunos episodios protagonizados en la recta final de su reinado por el ahora monarca emérito. Pero, como dice citando a Orson Welles: «Si quieres un final feliz todo depende, por supuesto, de dónde detengas tu historia».
Sus argumentos pueden ser discutibles. Pero están expuestos con inteligencia y serenidad y aparecen muy bien documentados, hasta el extremo de citar íntegros algunos discursos, incluido el muy polémico (sobre todo para los independentistas) del 3 de octubre de 2017. Con una conclusión final: «El monarquismo bien entendido es sobre todo un liberalismo». Una afirmación valiente en un país en el que tantos se proclaman liberales y tan pocos lo son en el sentido más noble del término.
(Publicado en elcorreo.com)