Los tiempos están cambiando. Lo cantaba hace ya más de medio siglo Bob Dylan. Sigue sucediendo, y a una velocidad creciente. El punto de partida de este libro tiene mucho que ver con eso. El autor, uno de los creadores de ‘Mongolia’, cuenta cómo hace más o menos una década organizó unas jornadas sobre Woody Allen y el auditorio se llenó, recibió felicitaciones por su idea y todo el mundo quedó muy satisfecho. Hoy, asegura, tendría muchas dificultades para poner en pie algo semejante. Y, de conseguirlo, le lloverían las críticas. Todo, a cuenta del ‘affaire’ del cineasta y Mia Farrow debido a las acusaciones de esta última.
¿Ha habido algo nuevo sobre el asunto? No. Y conviene recordar que la denuncia de la actriz fue rechazada por los tribunales. Como conviene recordar que, pese a lo que muchos sostienen, Allen no está casado con su hija adoptiva, sino con una hija adoptiva de Farrow, pero no suya. Y que Farrow no es su exesposa, dado que nunca se casaron. Estrictamente, ni siquiera convivieron.
Lo que ha sucedido es que el mundo está cambiando y algunos grupos de presión están consiguiendo que sus ideas prosperen. Y esas ideas no son en todos los casos necesariamente buenas (aunque en muchos sí lo sean).
El libro de Edu Galán separa el grano de la paja para destacar cómo en nombre de unos principios absolutamente necesarios se coarta la libertad de expresión, se suprime la presunción de inocencia y sustituyen los argumentos y los datos por los sentimientos y los gritos. Organizado en capítulos pares e impares (en unos, está toda la documentación sobre el caso Allen-Farrow; en los otros, las reflexiones sobre a dónde nos llevan algunas actitudes), la radiografía que Galán hace desvela los contornos de una sociedad infantilizada, que ignora la realidad y su funcionamiento, que se niega a ver que la vida está llena de episodios desagradables y el mundo es un lugar bastante inhóspito. Quien espere un libro humorístico dada la trayectoria de su autor se llevará una sorpresa. El síndrome Woody Allen es un texto muy serio que deja en quien lo lee un poso más bien desolador.
(Publicado en elcorreo.com)