A Pierre Lemaitre le gusta contar grandes episodios de la Historia a través de las vivencias de seres comunes. En esta novela, que cierra la trilogía que abrió con Nos vemos allá arriba (con la que ganó el Goncourt), el arranque es deslumbrante: una joven maestra corre desnuda y cubierta de sangre por el bulevar de Montparnasse. Son los primeros días de la primavera de 1940 y centenares de miles de parisinos, como millones de franceses, están a punto de huir camino del sur, ante la amenaza de los tanques alemanes que han entrado en el país con una facilidad sorprendente.
Lemaitre va contando cuatro historias que terminarán por unirse: las de esta joven, con un pasado familiar dramático y poblado de enigmas; dos soldados que acaban de desertar de su batallón, destinado a la línea Maginot; un oficial de la guardia urbana de París de fuertes convicciones morales; y un diplomático de turbio pasado contratado para dirigir la propaganda del Ejército francés.
La novela es en realidad el relato de ese éxodo de proporciones descomunales, único por sus características en la reciente Historia de Europa. Lemaitre se documenta para dibujar el escenario, e instala en él a una serie de personajes inolvidables puestos en una situación límite. La crítica francesa ha dicho que estamos ante un Dumas moderno. ¿Una exageración? Quizá. Pero pocos autores contemporáneos manejan los hilos narrativos como él y son capaces de crear personajes tan fascinantes.
(Publicado en elcorreo.com)