Los conciertos dobles son poco habituales en la música a partir del final del Barroco. Sin embargo, hay unos cuantos en el repertorio. El que hoy les propongo está escrito para los dos instrumentos más populares en cuanto a número de obras escritas: piano y violín. Es obra de Hummel, un compositor a caballo entre el Clasicismo y el Romanticismo, que fue un niño prodigio, recibió lecciones de Mozart y luego tuvo en Viena una relación de amistad no exenta de problemas con Beethoven (no era fácil relacionarse con el genial sordo de Bonn).
Hummel está en la estela de esos dos grandes y también en la de Haydn, puesto que lo sucedió en el servicio musical del príncipe Esterhazy. Su obra más relevante es el Concierto para trompeta, pero dejó un catálogo amplio de piezas de todos los géneros, aunque pocas se interpretan con asiduidad. Este concierto doble no es de las más conocidas. Y sin embargo es una obra que merece la pena conocer. En algunos momentos les sonará como una mezcla de Mozart y Haydn, porque las influencias son muy claras.