Chaikovski escribió seis sinfonías. Eso dice la versión oficial. Pero no es del todo cierto. Primero, porque dejó a medias una Sinfonía Nº 7 que ha sido reconstruida con trozos de aquí y de allá (sobre todo, del Concierto para piano Nº 3, también incompleto) por Bogatyrov. Y segundo porque hay una sinfonía ‘oficial’ que compuso el músico ruso pero que no numeró. Es la llamada Manfred, porque parte de la obra del mismo título de Lord Byron.
Escrita entre las sinfonías Nos. 4 y 5, es la más larga del catálogo, porque ronda la hora de duración. No se interpreta demasiado por los efectivos que son necesarios para ello (incluido un órgano) y porque su celebridad está lejos de la obtenida por las tres últimas sinfonías numeradas de Chaikovski. Pero es una obra hermosa (aunque a Leonard Bernstein no le gustaba nada y la calificó de ‘basura’), que se identifica fácilmente con el cuerpo central de composiciones de su autor por su riqueza melódica, el estilo de la orquestación y el desarrollo de los temas. Les voy a dejar esta vez no la obra entera, sino el final del primer movimiento. Son apenas tres minutos, pero contienen una de las melodías más hermosas de su autor, que ya es decir. Disfruten.