No sé si ustedes han visto una película titulada Todas las mañanas del mundo, dirigida por Alain Corneau y basada en una novela de Pascal Quignard. Si no la conocen, se la recomiendo vivamente. Se trata de un filme lento, preciosista en su fotografía, con muy pocos diálogos, basado en la relación musical y personal entre dos grandes compositores franceses barrocos. Uno de ellos triunfó en la corte y consiguió honores y dinero. El otro, su maestro, se negó a salir de su casa, en mitad de la campiña, donde escribía una música que no era de este mundo. El alumno triunfador era Marin Marais y el maestro, Monsieur de Sainte-Colombe.
La película es bellísima, como les digo. Y qué podemos contar de su música. Si les gusta el barroco francés, gozarán del primer minuto al último. La obra que hoy les propongo suena a lo largo de la misma, y es una de las piezas más conocidas de Marin Marais. Se trata de La rêveuse (La soñadora). No hay palabras para definir su belleza. Se la dejo en la versión de Jordi Savall (la pieza empieza más o menos a los dos minutos en el vídeo). Disfruten.