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César Coca

Divergencias

Un libro cada semana: ‘Antes de los años terribles’ de Víctor del Árbol

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Las novelas de Víctor del Árbol hablan sobre los devastadores efectos de la violencia. Efectos sobre quienes la padecen pero también sobre quienes la producen. Y la mancha se extiende además en torno a todos aquellos que la consintieron, la admitieron, justificaron o ignoraron pudiendo no hacerlo. El concepto de violencia puede referirse a un ámbito íntimo, familiar; o a otro más amplio, relativo a un país o una etapa histórica. Puede hablar de la violencia de una dictadura disfrazada con el manto de que se ejerce en beneficio del proletariado o de los desheredados, o de la planificada por quien se cree salvador de un país o de la Humanidad en su conjunto.
Si repasamos los libros anteriores del escritor catalán encontraremos ejemplos de todo ello. Lo preocupante, en ciertos casos, es que el lector no puede eludir la impresión de que esas violencias, por extremas que parezcan, son muy reales. La mafia rusa que opera en Cataluña y aparece en ‘Un millón de gotas’ bien pudo haber sido conocida por el autor durante sus veinte años como agente de los Mossos. Es solo un ejemplo.
En Antes de los años terribles, el eje de la acción se desplaza hacia Uganda. En dos planos temporales, algo que gusta de manera especial a Víctor del Árbol, se cuenta la historia de unos niños que fueron capturados y obligados a protagonizar –de forma activa o pasiva– episodios de una violencia que solo puede calificarse como atroz. Uno de ellos es llamado para volver al país décadas después, abandonando su tranquilo trabajo en un taller de bicicletas de Barcelona y poniendo en peligro a su mujer, para participar en una conferencia sobre una reconciliación que se revela imposible sin haber saldado antes cuentas con el pasado.
La peripecia de los niños soldado –fueron muchos miles– es terrible, de una violencia difícil de soportar. El resultado es una novela que golpea al lector hasta dejarlo aturdido por momentos. Y es poco consuelo pensar que esos hechos, o muy parecidos, sucedieron en el pasado y a miles de kilómetros de distancia. El monstruo sigue aquí, aunque a veces parezca dormido.

(Publicado en elcorreo.com)