Portugal tiene dos grandes poetas separados por 350 años. El primero, en orden cronológico, es Luis de Camoes; el segundo, Fernando Pessoa, cuya obra está enmascarada tras numerosos heterónimos.
Pessoa fue un escritor al que casi nada parecía serle ajeno. Autor de novelas policiales, cuentista, autor teatral, crítico literario, filósofo de pequeño formato y ensayista de temas relacionados con la religión, el comercio o el deporte –entendido en un sentido no profesional–, es sin embargo en la poesía donde alcanza su mayor trascendencia.
Este volumen, una edición bilingüe a cargo de Ángel Crespo, empieza con una larga introducción del editor (un centenar de páginas que aportan mucha información y no pocas claves para entender mejor su poesía) y continúa luego con una selección de poemas ordenados por títulos: desde los más tempranos, firmados como Alberto Caeiro, hasta los últimos, que aparecieron con la autoría de Ricardo Reis, Álvaro de Campos y, definitivamente, Fernando Pessoa.
Aquí están sus preocupaciones. Y estas son diversas: del amor a la política, de la soledad a la locura, de la memoria de lo vivido al incierto futuro. Con no pocas definiciones y propósitos: «Si he de ser loco, mi alma aspira/ a una locura buena y alta./ Tañeré, cual Nerón, la lira./ Pero el incendio no hace falta» (Del ‘Cancionero’).
(Publicado en elcorreo.com)