El próximo domingo se cumplirán 175 años del nacimiento de Pablo Sarasate, un violinista que consiguió que muchos de los grandes compositores de su tiempo escribieran obras para él. No solo eso: también escribió él mismo algunas piezas que si bien no destacan por tener una calidad comparable a las de Brahms, Bruch, Wieniawski y otros grandes de su tiempo, tienen mucho ritmo, melodías agradables y son piezas con una voluntad cierta de poner de relieve el enorme dominio técnico del intérprete. Su estilo entra de lleno en la mezcla de romanticismo y nacionalismo que impregnó la música de finales del siglo XIX.
No sé si somos muy conscientes de la importancia de Sarasate en su tiempo. Fue un artista extraordinario, admirado por el público, los críticos y los mayores compositores de la segunda mitad del s. XIX. Así que creo que debemos rendirle el homenaje de escuchar, no sus interpretaciones claro, sino su obra. Les dejo con este celebérrimo Zapateado, que tantas usan los violinistas como pieza de bravura para una propina. Disfruten.