Henri Vieuxtemps vivió dentro del Romanticismo. Literalmente. Nacido en 1820 (es decir, siete años antes de la muerte de Beethoven y ocho de la de Schubert, más o menos diez años más joven que Chopin, Schumann, Liszt y Mendelssohn), su juventud coincide con la explosión creativa de los grandes de ese movimiento, y su madurez con la segunda ola, esa en la que el Romanticismo empieza a teñirse de otras cosas pero mantiene sus esencias. Violinista de formación, está considerado como una de las grandes figuras de la tradición franco-belga.

Compuso nada menos que siete conciertos para violín, además de un par de ellos para violonchelo y otras piezas concertantes y de cámara para instrumentos de cuerda. Sus obras abundan en melodías, momentos de gran intensidad y un punto de locura que en esos años era tan frecuente. Sin embargo, son mucho menos populares que las de otros compositores de su tiempo. Parece difícil de entender si se escuchan títulos como su Concierto para violín Nº 4 (que ya les propuse en este mismo espacio hace unos años) y este Concierto para violín Nº 5. Les dejo el primer movimiento interpretado por una niña de 12 años (ahora tiene 41) llamada Leila Josefowicz, cuya carrera es muy sólida en EE UU pero resulta bastante menos conocida por aquí. Disfruten.