Miklós Rózsa es uno de los compositores que llevaron una doble vida. En su caso no fue por un problema con el Gobierno de su país, como sucedió con Shostakovich, por ejemplo, sino porque se ganó la vida (muy bien) escribiendo bandas sonoras para Hollywood mientras en el tiempo que le quedaba libre entre película y película iba formando un catálogo clásico no muy amplio pero sí variado e interesante. Rózsa nació en Budapest cuando esta ciudad aún formaba parte del imperio Austro-Húngaro. A comienzos de los años treinta del siglo XX ya estaba instalado fuera de su país y una década después trabajaba a toda máquina para el cine. En la gran pantalla colaboró con Wilder y Hitchcock. Suya es la música de Spellbound (que aquí se tituló Recuerda), en la que utilizó el teremín, un instrumento que se hizo muy popular a partir de entonces aunque ahora ya no lo sea tanto. Como autor de bandas sonoras fue candidato al Oscar en 17 ocasiones y lo ganó en tres, por las partituras para Recuerda, Doble vida y Ben-Hur.
El Concierto para violín y orquesta que hoy les propongo fue un encargo de Jascha Heifetz, que luego, convenientemente arreglado, adquirió un notable protagonismo en La vida privada de Sherlock Holmes, donde lo toca el protagonista. Como sucede en tantos otros casos de compositores que se movían entre el cine y el auditorio, hay una contaminación de ambos en su música. No es difícil imaginar este concierto como banda sonora, de la misma forma que al escuchar fragmentos sobre todo sinfónicos de sus composiciones para el cine no es descabellado pensar que podrían haber sido piezas para programas de concierto. Aquí les dejo la obra en la versión de Heifetz. Estoy seguro de que les va a gustar esta pieza postromántica, con una orquestación de influencia wagneriana y fuertes contrastes. Disfruten.