Itziar Elcoro y Arantza Rentería son dos ertzainas guipuzcoanas que trabajan en Bilbao. Su primera aparición en escena fue en El asesino de reinas, debut literario de su autor, donde contaba una serie de crímenes que se desarrollaban en torno a una final que jugaba el Athletic. Ambas agentes son amigas por encima de las grandes diferencias de personalidad: mientras Arantza tiene un lado oscuro y un pasado cubierto por la bruma del que apenas el lector logrará saber algo en esta tercera entrega, Itziar se mueve mejor en la claridad y aspira a una vida más convencional, por decirlo de alguna manera.
Tras El asesino de reinas llegó Perversidad y ahora ya está en las librerías Un dios ciego. Esta tercera entrega de la serie comienza con un crimen cometido sin ningún género de dudas por un profesional. Un abogado que ha trabajado en un importante bufete y se ha movido como pez en el agua por el selecto ambiente de Neguri aunque ahora vive horas muy bajas recibe un disparo en la nuca cuando, muy de mañana, espera que el semáforo se ponga verde para cruzar una calle.
A partir de ahí, la investigación se cruza con la búsqueda de un peligroso personaje huido tras haber sido detenido por Elcoro y Rentería y que probablemente las está buscando para vengarse de ellas. El trasfondo de todo es la irrupción en la ciudad de peligrosas bandas de narcotraficantes que usan la violencia cada vez con más frecuencia.
Por las páginas de Un dios ciego pasan, a modo de cameos, detectives, policías e investigadores de todo tipo que son personajes de ficción creados por un puñado de escritores vascos de novela negra. Todo un homenaje a una generación que ha puesto de moda el thriller autóctono.
(Publicado en elcorreo.com)