El 31 de octubre de 1517, un fraile agustino llamado Martín Lutero clavó en las puerta de la iglesia del palacio de Wittenberg un documento que contenía 95 puntos para la reforma de la Iglesia. Lo que debería haber sido un debate teológico y haber derivado en una vuelta al espíritu fundacional del cristianismo, dejando a un lado el ambiente de corrupción que se respiraba en Roma, se convirtió en un cisma que sacudió el continente. Y que tuvo enormes consecuencias políticas, sociales, económicas y culturales.
De todo eso se habla en el número especial de Territorios que se publicará mañana sábado, y que no es porque lo diga yo pero ha quedado espectacular. Hay un gran cantidad de horas de trabajo detrás de lo que pueden ver en el suplemento y hemos contado con la colaboración y el talento de muchas personas. Espero que les guste.