Julius Röntgen es uno de esos compositores que escriben música contra los críticos de su tiempo y los aficionados más exigentes, y les da lo mismo. Y no crean que dejó un catálogo pequeño. Porque ya me dirán si lo es uno que contiene 25 sinfonías, siete conciertos para piano, tres para violín y otros tantos para el chelo, y varios más para otros instrumentos, así como una cantidad enorme de música para piano, de cámara y canciones. Amigo de Brahms, Carls Flesch y Pau Casals, y de otros compositores e intérpretes de su tiempo, no supo evolucionar su lenguaje, que quedó anclado en el de Brahms en un momento en que ya -comienzos del siglo XX- se escribía de otra manera.
Es curiosa la influencia que Casals ejerció sobre él, porque siendo Röntgen un más que aceptable pianista -tocó con Brahms a la batuta el Concierto Nº 2 de este, que tiene una gran exigencia técnica- escribió varias de sus mejores obras para el violonchelo, en forma de sonata o de concierto. Un puñado de ellas fueron escritas o dedicadas o divulgadas por Casals. Este Concierto para violonchelo y orquesta Nº 2 que hoy les propongo fue escrito para el chelista catalán y destaca por su dramática introducción, que tiene el aire de una improvisación (y así aparece indicado en la partitura). Estoy seguro de que les va a gustar.