Hace año y medio, María Oruña irrumpió en el panorama del género policial español con una protagonista llamada Valentina Redondo que es teniente de la Guardia Civil y que debía resolver un complicado caso con una larga historia familiar detrás en torno a la localidad cántabra de Suances. Aquella novela se titulaba Puerto escondido y en ella hacía un homenaje a la última ganadora del Planeta en forma de apellido de la protagonista. No faltó quien dedujo algún paralelismo entre Valentina Redondo y Amaia Salazar. El más evidente es que ambas son mujeres en mundos de hombres y que mantienen historias de amor con extranjeros. En el caso de Salazar, desde el inicio mismo de la trilogía del Baztán;en el de Redondo, al final de Puerto escondido.
Un lugar a donde ir comienza cuando Valentina y Oliver son ya una pareja más o menos formal. Se trata de una relación que aún debe madurar y que sostiene la trama personal de la novela –junto a la búsqueda del desaparecido hermano de Oliver–, con algún episodio de celos de por medio. La parte policial tiene un peso mayor en la historia y se inicia cuando una joven de aspecto eslavo aparece muerta en los restos de una construcción medieval, vestida de princesa. A partir de ahí, en un relato escrito a ritmo frenético –la acción tiene lugar en apenas 72 horas–, la teniente Redondo ha de investigar unos crímenes relacionados con la arqueología y la espeleología, que tienen el elemento en común de unas viejas monedas que en todos los casos aparecen junto a los cadáveres.
Oruña ha escrito una novela con los mismos personajes principales de la anterior pero con una trama muy distinta y un planteamiento narrativo que también es diferente. Un lugar a donde ir es un noir más o menos puro, pero también contiene reflexiones sobre la importancia de las motivaciones en la vida de los seres humanos. La autora ha madurado en cuanto a su técnica y ofrece a los aficionados unos crímenes con un grado de elaboración –sobre todo uno– verdaderamente sorprendente. Una noticia para quienes ya son seguidores –o lo van a ser a partir de este libro– de la teniente Redondo: habrá tercera novela porque hay una trama que queda abierta en la última página de esta.
(Publicado en elcorreo.com)