Ani FaNelli cursó sus estudios de Bachillerato en una estupenda escuela privada en la que pocos alumnos eran tan de clase media como ella y ahora trabaja de periodista en The Women’s Magazine de Nueva York. Está prometida con un joven de buena posición, gracias a lo cual se puede permitir los mejores restaurantes de la ciudad y un apartamento en Tribeca. Ani es lo que cualquiera llamaría una pija de primera generación. El problema es que hay un punto negro en su pasado, y como cualquier lector de novela sabe el pasado regresa siempre y normalmente no para bien.
La autora de La chica que lo tenía todo, Jessica Knoll, es también periodista y esta es su primera novela. Durante los capítulos iniciales, lo que Knoll cuenta es la vida ligera y las preocupaciones frívolas de Ani ante su futuro matrimonio: desde la caligrafía de las invitaciones al traje de las damas de honor o la carpa para los asistentes al enlace. Más de un lector buscará paralelismos con Sexo en Nueva York, sobre todo en ciertos diálogos. Pero a medida que el pasado irrumpe en la vida de Ani, la referencia pasa a ser más bien Soy Charlotte Simmons, la polémica novela de Tom Wolfe sobre la vida en las universidades estadounidenses.
Knoll no ha olvidado su trabajo de periodista y escribe de forma muy directa y con numerosas referencias a la actualidad y a marcas y locales. Hay un punto de desvergüenza en la narradora/protagonista que la convierte en un personaje simpático a ojos del lector. Pero poco a poco el relato va cambiando de signo y la comedia ligera de las primeras páginas adquiere un tono bien diferente. Sin duda, este será uno de los libros que dominarán en la playa estas vacaciones.
(Publicado en elcorreo.com)