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César Coca

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Un libro cada semana: 'Las lecciones peligrosas' de Alissa Nutting

Celeste tiene 26 años y es tan guapa que su cara parece retocada a golpes de photoshop. Tiene un marido de 31 tan perfecto físicamente como ella, pero es muy mayor para el interés sexual de la muchacha, obsesionada por los adolescentes de no más de 14.

Esta novela, que alguien ha calificado como una Lolita al revés –una comparación poco afortunada y tramposa porque cuántos libros pueden alcanzar el nivel de aquel–, cuenta la historia de cómo Celeste, empleada como profesora de Secundaria, seduce a un alumno. Se trata de un adolescente tímido y discreto –no le interesan los extrovertidos, porque podrían irse de la lengua y conducirla así hacia una condena por perversión de menores–, que pronto pensará que es la persona más afortunada del planeta, por tener un sexo tan frecuente, variado y desinhibido con una belleza de tal calibre.

La protagonista ejerce de narradora en primera persona, de manera que el lector se va adentrando en su pulsión sexual; va comprobando cómo la fuerza arrolladora de un deseo que no conoce freno elimina de forma progresiva las precauciones iniciales. Porque el temor de Celeste viene dictado solo por la ley, no por ningún sentido moral que ella no reconoce. El sexo es el principio único que guía su vida, y además con un tipo concreto de varón: un adolescente en ese punto justo en el que todavía no ha desarrollado demasiado los músculos ni su voz ha adquirido el tono grave del adulto.

Por supuesto, mantener una relación así termina por ocasionar numerosos problemas, que marcan la segunda parte de la novela, una vez que la seducción ha tenido éxito. No es fácil vivir sin norma moral alguna, atendiendo solo a los instintos más básicos.

Nutting, que al parecer tomó como punto de partida de su novela una historia real, tiene el mérito de crear una voz narrativa convincente en su absoluta falta de principios. Una voz que explica con desparpajo, sin falsos pudores ni huecas disculpas, cuanto desea y cuanto logra. Que defiende sin ruborizarse que no tener sexo con jovencitos es peor que la cárcel. Un texto bien escrito, muy superior a los Greys de turno: en la intensidad erótica y en su planteamiento moral. O amoral.

 

(Publicado en elcorreo.com)

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Lolita, Nabokov