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César Coca

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Ningún fin de semana sin música: Rapsodia para saxofón y orquesta, de Debussy

En su última novela, Memoria de mis putas tristes, García Márquez habla de la Rapsodia para saxofón y orquesta de Debussy, una obra no demasiado conocida dentro del catálogo del músico francés. En realidad, es algo que sucede con todo el repertorio para este instrumento, uno de los más jóvenes de la orquesta. Su presencia es mayor y más notoria en el ámbito del jazz y de las bandas, por el tipo de sonido que produce. El mismo escritor colombiano lo compara en alguna novela anterior a la sirena de un barco, y no parece que la comparación sea inadecuada.

Esta pieza no fue estrenada hasta después de la muerte de su autor y resulta muy moderna incluso para un compositor que algunos consideran como el padre de la música clásica contemporánea. Puede desconcertar a quien se eleva a los cielos con el Claro de luna, pero una segunda y una tercera audición ayudan a cogerle el punto. A quienes viven en la cercanía de un puerto ya les gustaría que las sirenas sonaran siempre así.