El director John Brahm (por qué poco su apellido no es el del gran compositor hamburgués) requirió los servicios de Bernard Herrmann para su película Hangover Square, de 1945. Se trata de la historia de un pianista y compositor con serios problemas psíquicos, de ahí que la obra escrita para la película tiene un tono oscuro, amenazante por momentos. No sé si tanto como macabro, como indica su título (y así se proyectó en los cines españoles el filme, con ese título: Concierto macabro), pero inquietante sin duda.
Herrmann aún no había realizado sus mejores trabajos para los filmes de Hitchcock, como Vértigo o Psicosis, pero ya era aquí un compositor con gran dominio del oficio. La pieza está realmente inspirada. Seguro que les gustará.