Jules Massenet fue un compositor dotado de una enorme facilidad para su trabajo. Eso, sumado a una disciplina férrea y a su capacidad para prolongar la jornada durante muchas horas sin que se viera afectado el resultado de su tarea, lo convierte en uno de los compositores más prolíficos del último siglo y medio. Otra cosa es la celebridad alcanzada por sus obras, porque un repaso a su catálogo revela que de la mayor parte de las mismas un aficionado medio ni siquiera tiene noticia. Eso sí, dos de sus ellas, las óperas Werther y Manon, son títulos habituales en el repertorio, y El Cid y Don Quijote se interpretan menos pero no son rarezas en sentido estricto.
Massenet se dedicó sobre todo a la lírica. Escribió decenas de óperas y numerosas canciones. También algunas piezas para piano y partituras instrumentales, pero fuera de Francia es rarísimo que se programen en concierto. Hoy les dejo un fragmento muy célebre de una ópera con poco peso en el repertorio. La ópera es Thais y el fragmento está en su segundo acto. Es una pieza para violín conocida como Meditación. Mediten ustedes, si quieren, con esta música. Y si no, simplemente disfruten.
(La versión es de la violinista Janine Jansen, que la toca en un impresionante escenario al aire libre)