Antonio Villanueva Edo llegó a la literatura cuando se jubiló como médico. Hizo entonces realidad su sueño de contar historias, algo que había germinado en la adolescencia pero que fue posible solo porque un día regresó enfadado del trabajo y decidido a dar un rumbo nuevo a su vida.
De ese enfado y del puro y simple azar surgió su interés por la Historia. A partir de ahí, el novelista tardío pero con tiempo y libertad para hacer lo que quisiera construyó cuatro obras. Esta es la última, y la enfermedad quiso que su autor no viviera para verla publicada.
En este libro, Villanueva vuelve a la época histórica de su primera novela. En aquella, contaba la historia del fundador de la Villa de Bilbao. En esta narra la peripecia vital de Pedro López de Ayala, canciller de Castilla, que en diferentes puestos sirvió a cinco reyes: Alfonso XI, Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III, que cubren más o menos la segunda mitad del siglo XIV.
A lo largo de las páginas de la novela, repasaremos la vida del personaje/narrador, aunque con frecuencia eso no es más que la disculpa para contarnos cómo eran los reyes y en qué conspiraciones, guerras y disputas se vieron implicados. Villanueva reconstruye tanto las batallas como la vida en la corte y sus aledaños. Hay amores bendecidos por la Iglesia y relaciones extraconyugales, hijos legítimos y bastardos que se disputan el trono, alianzas que duran un suspiro y enemistades que se diluyen ante la perspectiva de un negocio común. Hay xenofobia y crímenes en nombre de la religión. Es decir, nada que no sea propio de la naturaleza humana y la prueba es que siglos después nada sustancial ha cambiado. Solo las formas.
Villanueva explica también cómo eran las relaciones entre el Señorío de Vizcaya y la corona de Castilla, y cómo los nobles del lugar, como también el pueblo llano, participaron en primera fila en cuantas campañas emprendieron los monarcas. Una lección de Historia novelada para quienes tienen la mala costumbre de inventársela a su antojo. Pero, sobre todo, un libro documentado y fácil de leer de quien vivió en su madurez la pasión por la escritura.
(Publicado en elcorreo.com)