Muchos de ustedes estarán a punto de coger vacaciones y con auténticas ganas de bailar, al menos metafóricamente. Así que vamos este fin de semana con una música adecuada a ese estado de optimismo, casi de euforia. Y qué mejor que una pieza de Gershwin, ese compositor que cuando murió, a los 39 años, había acumulado tantos éxitos y había hecho tan felices a los estadounidenses de su tiempo, que muchos se negaron a aceptar la noticia. Gershwin compuso melodías inolvidables, piezas de corte clásico que admiraron a los grandes compositores de su tiempo y canciones para películas prescindibles en las que solo destacan, como destellos de luz, los números musicales. Les dejo una de esas piezas: Shall we dance?, con Fred Astaire y Ginger Rogers.