Enrique Alonso es un escritor de éxito que se ha trasladado a vivir a Nueva York porque ha participado en los guiones con los que se han llevado al cine algunos de sus libros. Un día recibe la llamada de Betty, su exesposa, que le invita a acudir a la apertura del museo de San Telmo de San Sebastián, para el que trabaja como relaciones públicas.
Alonso conoce así a un veterano restaurador estadounidense, que además es un estudioso de la obra de José María Sert, de quien hay varios trabajos en el museo. Pocos días después, el restaurador aparece ahogado junto a La Concha, y casi al mismo tiempo Alonso recibe una suculenta oferta para escribir una serie de novelas. ¿Y qué mejor arranque para la primera que la muerte del estadounidense, que puede ocultar un inquietante misterio?
Julián Sánchez construye una intriga que se mira en un espejo. Alonso y su ex investigan la muerte al tiempo que él escribe la novela en la que trata de explicarse idéntico fallecimiento. Y en ambos planos, el real y el literario, la figura de Sert y algo que sucedió en sus últimos años de vida y que ningún biógrafo ha descubierto parecen estar en el centro de todo.
Los personajes centrales de esta novela ya aparecieron en El anticuario (que a su vez sale citada en este volumen, para terminar de completar esa estructura especular) aunque no es necesario haber leído aquella para comprender esta. Sánchez engancha al lector con una trama sofisticada en su complejidad pero que se sigue muy fácilmente, y lo conduce a un ritmo endiablado.
Aquí están los ingredientes típicos del género, y además una serie de escenarios verdaderamente lujosos: Nueva York, Barcelona, París y, sobre todo, San Sebastián. La capital donostiarra está amorosamente retratada y el museo de San Telmo tiene una importancia crucial. Prepárense para pasar un muy buen rato.
(Publicado en elcorreo.com)