>

Blogs

César Coca

Divergencias

Carta abierta al ministro Wert

Estimado ministro:

Tiene usted fama de incendiario antes que de bombero y, si no fuera por los casos de corrupción que cada día salen a la luz, podría decirse que es un filón para los periodistas. Cada intervención suya tiene siempre una frase que es motivo de escándalo y de crítica generalizada. Y a juzgar por su comentario de que se crece con el castigo empiezo a pensar que emplea mucho tiempo en pensar en la siguiente provocación porque, de no ser así, me resulta difícil concebir cómo lo logra. En fin, que ha llegado usted a ser el ministro peor valorado de la democracia y parece que desea impedir a toda costa que haya otro que le quite el título.
Con todo el respeto que su persona me merece (no así muchas de sus opiniones), me gustaría decirle un par de cosas a propósito de su última ocurrencia respecto de que los jóvenes deben pensar en la salida laboral de los estudios incluso por encima de su vocación, antes de matricularse.
Lo primero que quiero decirle es que parece usted decidido a hacer realidad la maldición bíblica del trabajo. Quien se dedica profesionalmente a algo que no le gusta sufre por ello. Y, si no disfruta con su trabajo, si no siente pasión por lo que hace, si no se estimula con cada nuevo reto que pone a prueba su formación y su inteligencia, realizará peor su tarea. Eso lo sabe cualquier trabajador. Me sorprende verdaderamente que usted, de cuya brillantez nadie dudaba hasta su llegada al Ministerio, no haya reparado en ese asunto.
La segunda consideración es de tipo histórico. Habla de titulaciones con salida laboral, y parece ignorar que esa adecuación al mercado es cíclica. En los últimos treinta años, que son los que conozco de primera mano en lo profesional, ha habido momentos en que todos los ingenieros de Telecomunicaciones se colocaban y otros en los que su expectativa laboral era más bien pobre. Los arquitectos no daban abasto en los años de la furia constructora y ahora se reparten las migajas de una demanda casi inexistente. Los informáticos fueron los reyes del mambo hace 25 años y hoy día sufren los rigores del desempleo como todos. Quiero decir con ello que, a lo largo de los aproximadamente 45 años de vida laboral que esperan a nuestros jóvenes, el mercado dará tantas vueltas que su adecuación profesional en el momento de su titulación puede ser todo lo contrario en otras etapas, y viceversa. Los jóvenes no tienen una bola de cristal para prever el futuro. Usted tampoco, aunque sea ministro.

Por todo ello, le sugiero que rectifique. No pasa nada por hacerlo. Es más, puede apuntarse otro tanto: un ministro que pide disculpas por haber dicho una tontería es una rareza que le proporcionará otra muesca en la culata de su currículum político.
Reciba un atento saludo.