La publicidad recurre con frecuencia a la música clásica y muchas veces no se sabe por qué. Me gustaría creer que no es porque le salga más barato que encargar a un compositor una melodía de unos pocos segundos.

Tampoco sé muy bien por qué escogen unas obras y no otras. Hay piezas, de hecho, que valen lo mismo para anunciar un champú que una sopa de sobre, igual unos bonos del Tesoro que una bebida sin burbujas.

Estos días sale bastante en la televisión un spot de una marca de coches, concretamente Volvo, que utiliza una de las obras más célebres de Astor Piazzolla: su Libertango, una partitura escrita en los años setenta. La música es tan hermosa que yo suelo cerrar los ojos para percibirla sin la distracción que supone la imagen. Es una pena que la melodía está ensuciada por una voz que anuncia el coche. Y lamento también que el spot sea tan corto que ni siquiera permita incluir la melodía principal completa.

Voy a subsanar esas carencias. Aquí va la pieza en su totalidad. Si no la conocen, su belleza los va a dejar atónitos. Voy a evitar el anuncio, que al fin y al cabo Volvo no patrocina este blog.