He estado un par de días fuera y a mi regreso me he encontrado con la muerte de John Barry, uno de los compositores de bandas sonoras más importantes de las últimas décadas. Uno de los más galardonados, también. Unos cuantos de sus trabajos están sin duda entre las partituras más conocidas del cine de todos los tiempos. También dejó obras no vinculadas al cine, todas ellas muy inspiradas, con una atmósfera de lirismo muy reconocible para quien conozca bien la banda sonora de Memorias de África, por ejemplo.
¿Se imaginan ustedes qué habría sido de Barry, como de Steiner, Williams, Jarre, Herrmann, Rota y tantos otros si no hubiese existido el cine? Yo creo que se habrían dedicado a la ópera o la música sinfónica y habrían hecho notables aportaciones a esos campos. Algunos las hicieron, pese a su intenso trabajo para en Hollywood, pero son relativamente escasas porque lo mejor de su tiempo estaba dedicado a componer en torno a un guión y unas imágenes. También estoy seguro de que habrían ganado menos dinero con la clásica que con el cine. Y nos habríamos perdido -quizá- maravillas como la que les dejo a continuación.