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César Coca

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Si suena 'El Danubio azul', es Año Nuevo

Tras el director más veterano que se ha puesto nunca al frente de la orquesta en un Concierto de Año Nuevo, la Filarmónica de Viena ha optado por uno de los más jóvenes en la historia del acontecimiento cultural más seguido de la temporada. El austriaco Franz Welser-Möst, de 50 años y responsable de la Ópera de Viena desde el pasado septiembre, se subirá al podio mañana a las once y cuarto de la mañana. Ante una sala rebosante de público –incluidos como siempre muchos famosos de los negocios, la política y el cine, además de una legión de japoneses– tomará la batuta para dirigir un concierto de música despreocupada y feliz, tan adecuada para iniciar de forma amable otro año complicado como para suavizar el efecto del exceso en el consumo de alcohol. Que hasta para eso sirve la música del Concierto de Año Nuevo. Welser-Möst tiene ante sí la responsabilidad de poner en marcha, una vez más, una celebración musical que es además la mejor campaña de promoción turística de un país y una ciudad que se ha diseñado nunca. Durante dos horas largas, los millones de espectadores que sigan el concierto podrán hacerse la ilusión de que es posible un mundo ligero, melodioso y evanescente, como un vals o una polca de la familia Strauss. Bienvenidos a un mundo tan bello que es imposible que sea real.

La elección de Welser-Möst es de alguna manera poco sorprendente. Nacido en Linz en 1960 (su verdadero nombre es Franz Leopold Maria Möst), acaba de llegar al cargo de director musical de la Ópera Estatal de Viena y por tanto su relación con la Filarmónica de la ciudad es muy intensa. El pasado junio dirigió el concierto que desde hace un tiempo se celebra al principio de cada verano en los jardines del Palacio Schönbrunn. Con esos antecedentes, no parece difícil hallar una explicación sobre su elección para el concierto más célebre del ejercicio.

Pero, desde otro punto de vista, es fácil que haya aficionados al menos extrañados por la elección. La razón está en que, aunque Welser-Möst es austriaco, su carrera ha transcurrido en su mayor parte entre el Reino Unido y EE UU. Ha sido titular de la Filarmónica de Londres y la Orquesta de Cleveland, y ha subido con frecuencia, en calidad de invitado, a los podios de las formaciones de Atlanta, Boston, Chicago, Saint Louis y Nueva York, entre otras. También ha sido director musical de la Ópera de Zúrich.

El balance de su carrera como director –inicialmente quería ser violinista, pero un accidente de coche le dejó secuelas que lo obligaron a dejar el instrumento– es irregular. La crítica londinense, con ese punto de acidez que reserva sobre todo para los extranjeros, le puso un apodo hiriente que juega con la fonética de su nombre: Frankly Worse than Most (francamente peor que la mayoría) a raíz de algunas interpretaciones que consideraron desafortunadas. Algún crítico norteamericano lo ha calificado simplemente de mediocre, y un puñado de músicos de la Filarmónica de Londres no ocultaron su satisfacción cuando anunció su marcha a Cleveland. Sus mayores éxitos los ha conseguido en el campo operístico y, especialmente, en los títulos de Wagner.

Ahora, Welser-Möst, un músico de porte aristocrático, se convierte en el director más joven de cuantos han tomado la batuta en el Concierto de Año Nuevo en Viena en la última época. Porque si bien los primeros directores –en la etapa en que asumían la tarea de forma indefinida– tenían menos de 50 años cuando lo hicieron por primera vez, en los últimos tiempos la orquesta ha elegido a ilustres veteranos: Harnoncourt, Prêtre, Jansons, Barenboim y Ozawa estaban bien por encima de los 60. El pasado 1 de enero, sin ir más lejos, Prêtre protagonizó por segunda vez ese concierto y en el momento de subir al podio tenía 85 años.

El programa elegido gira, como siempre, en torno a la obra de Johann Strauss hijo, que protagoniza cinco de las seis piezas de la primera parte. Josef Lanner aporta la que falta. En la segunda parte hay otros tres títulos del miembro más famoso de la familia, a quien acompañan su padre (con dos piezas) y su hermanos Josef, con otras dos. Otro gran compositor de valses en la Viena de la segunda mitad del XIX, Joseph Hellmesberger, aporta un título vinculado a España: la célebre Danza Zíngara del ballet ‘La perla de Iberia’. Se interpretará justo después de la ‘Marcha española’, de Johann Strauss. El toque exótico lo pone Liszt, un compositor muy alejado de los Strauss, de quien se interpretará el Vals Mephisto Nº 1 en homenaje por el segundo centenario de su nacimiento.

Fuera de programa –pero ‘programada’, como se puede comprobar al ver el listado de temas en el CD que editará Decca–, Welser-Möst dirigirá una obra del hermano pequeño de la saga, Josef Strauss, además de las dos piezas imprescindibles en todos los conciertos de Año Nuevo: ‘El bello Danubio Azul’ de Johann Strauss y la ‘Marcha Radetzky’, de su padre.

En torno al concierto se mueven muchas cosas. Y la cadena de televisión ORF2 está en la salsa de todas ellas, porque mucho antes de que los ilustres espectadores ocupen sus asientos en la Sala Dorada de la Musikverein vienesa –sometida a una importante restauración el pasado verano–, a las 9.35, iniciará su transmisión con un reportaje sobre los números de danza que se intercalarán durante la retransmisión y que estarán a cargo de miembros del Ballet de la Ópera de Viena, con coreografía de Jean-Guillaume Bart. A continuación, un documental sobre Welser-Möst y otro acerca de la preparación del concierto. Y a las 11.15, con más de 70 países recibiendo la señal de TV y radio, comenzará el concierto, que en realidad es la tercera vez que se interpreta, porque la ‘premier’ habrá sido ayer y esta misma tarde-noche tendrá lugar una segunda función.

Se repetirá así un ritual que cumple justo 70 años, porque fue en 1941 cuando se celebró por primera vez con la forma que tiene ahora, aunque ya había habido un precedente en 1939, meses después de la anexión de Austria por Alemania y con la sociedad vienesa radicalmente dividida por ese hecho. Prepárense a disfrutar de esta música feliz y procuren llevar bien el compás de las palmas en la ‘Marcha Radetzky’.

Una turbulenta relación con su mentor (y su esposa)

Franz Welser-Möst no se llama así. La historia del cambio de su nombre es digna de figurar en las páginas de una revista. Pero no musical, sino del corazón. Veamos.
Franz Leopold Maria Möst iba para violinista pero un accidente de coche reorientó su carrera. Con poco más de 20 años, conoció al barón Andreas von Bennigsen, un aristócrata propietario de un castillo y una notable fortuna, afincado en el principado de Lichtenstein. Tan íntimo se hizo del barón –a quien el periodista Norman Lebrecht no duda en calificar de «excéntrico»– que éste terminó por adoptarlo como hijo. Tenía entonces 26 años y la protección del aristócrata le reportó numerosas oportunidades. En agradecimiento, el músico cambió su apellido anteponiendo al viejo el nombre de la ciudad de Wels, donde creció su mentor.

Sonaba a vieja historia de la música clásica. Era como si el príncipe Ezterhazy se hubiera reencarnado en Bennigsen para encontrar a un nuevo Haydn, pero solo director. Demasiado edulcorado para ser real. El aristócrata y el director rompieron sus relaciones cuando la joven esposa de aquel, a su vez heredera de una importante fortuna, le abandonó para casarse con el músico. Para sorpresa de muchos, el director siguió viviendo en Lichtenstein –y acudiendo a actos sociales con su esposa, se supone que los mismos en los que estaría presente su antiguo protector– mientras dirigía la Ópera de Zúrich.

El programa

Primera parte:
Johann Strauss hijo: ‘Reiter-Marsch’; ‘Donauweibchen. Walzer’; ‘Amazonen Polka’ y ‘Debut-Quadrille’.
Josef Lanner: ‘Die Schönbrunner. Walzer’.
Johann Strauss hijo: ‘Muthig voran! Polka schnell’.

Segunda parte:
Johann Strauss hijo: Csárdás de ‘Ritter Pasman’; y ‘Abschieds-Rufe. Walzer’.
Johann Strauss padre: ‘Furioso-Galopp nach Listz’s Motiven’.
Franz Liszt: ‘Mephisto Walzer I’.
Josef Strauss:‘Aus der Ferne. Polka Mazur’.
Johann Strauss hijo: ‘Spanischer Marsch’.Joseph Hellmesberger: ‘Zigeunertanz aus Die Perle von Iberien’.
Johann Strauss padre: ‘Cachucha-Galopp’.
Josef Strauss:‘Mein Lebenslauf ist Lieb und Lust. Walzer’.

Fuera de programa:
Eduard Strauss: ‘Ohne Aufenthalt. Polka schnell’.
Johann Strauss hijo: ‘An der Schonen Blauen Donau’.
Johann Strauss padre: ‘Radetzky Marsch’. Retransmisión
Comienza a las 11.15 en TVE-1 y a las 11.05 en todos los canales de RNE. También en rtve.es

(Publicado en Territorios, 31 de diciembre de 2010)

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