El año pasado no se agotó, pero este no ha quedado ni uno pese a que se han puesto a la venta 6.000 más que en 2009. Me refiero al bono cultura lanzado por el Gobierno vasco. Inicialmente, la emisión fue idéntica en número a la de hace doce meses, pero luego se amplió y se ha terminado antes de la fecha límite para su adquisición.

Eso sin duda se debe a un mayor conocimiento del producto, seguramente a una mejor difusión publicitaria del mismo y a la ausencia de la campaña en contra que tuvo que soportar el año pasado. Algunas cosas que se dijeron entonces como críticas eran sensatas (como, por ejemplo, que es un inconveniente que haya que gastarlo todo de una vez) y otras (recuerdo la más llamativa: que para poder disfrutar del regalo de 15 había que gastar 25 euros), verdaderas tonterías. Pero sin duda hubo gente que se echó para atrás. Y no, el bono cultura no mordía ni obligaba a comprar música de castañuelas ni libros de Pemán.

Este año se han vendido 59.000, lo que supone que, con seguridad, se van a vender más libros, discos, DVD, entradas a museos, etc. Lo que es bueno en sí mismo. El año pasado la iniciativa obtuvo un buen resultado. En 2010, un éxito más que notable.