Llevo unos días como el Guadiana: apareciendo y desapareciendo. Por eso se me han ido sin comentar la muerte de Xabier Lete, la Feria de Durango, el hermoso discurso de Mario Vargas Llosa en Estocolmo (lo tienen completo aquí) y unos cuantos temas más. Eso ya es pasado y, a la velocidad a la que transcurren los acontecimientos, pasado incluso lejano. Así que vamos con algo de actualidad.
El asunto es que en las próximas tres semanas el sector editorial se juega el ejercicio. El año pasado fue malo sin paliativos para el libro, hasta el extremo de que varias editoriales, y no hablo solo de pequeñas, atravesaron dificultades notables. Este ha ido un poco mejor, pero me cuentan algunos editores que la diferencia entre que sea solo algo menos malo que el anterior o empiece a remontar de verdad estará en el resultado de las ventas de aquí al día de Reyes.
La razón es evidente: las ventas de libros en España (hablo de libros que no son de texto ni manuales universitarios) se concentran en buena medida a torno a dos fechas: el 23 de abril y Navidad. El Día del Libro tiene mucha relevancia en Cataluña, pero incluso fuera de allí es una fecha (o fechas, con los días inmediatamente anteriores) de elevada facturación. Pero la Navidad es el gran momento del sector.
¿De qué depende la marcha de la venta de libros? Los expertos dicen que de la situación económica (por supuesto) pero en buena medida también de los hábitos culturales de cada momento y en el corto plazo de si ha sido un buen año en cuanto a títulos con gancho. Con una situación económica solo algo mejor que la de 2009 y unos hábitos que poco habrán cambiado, el factor crucial puede ser el del gancho de los títulos. Y ahí quedan algunas dudas que frenan la esperanza. No ha sido este un año de muchos títulos de los que arrasan: Follett está ahí, a comienzos de año estuvo Pérez Reverte y el Nobel a Vargas Llosa habrá dado un gran impulso a las ventas. En una escala menor, Verdon, Grandes, Dueñas, Mendoza y alguno más han vendido bien, incluso muy bien. Pero es posible que la suma de todos ellos sea menos importante que la que se ha dado otros años, en cuanto a títulos con mucho gancho (no entro en la calidad de unos y otros).
Los datos provisionales estarán disponibles muy pronto, así que no más tarde de finales de enero o principio de febrero podríamos saber ya qué tal año ha sido 2010 para el libro. Crucemos los dedos. Y compremos libros, claro.