Hay días que aparecen datos que apuntan hacia el optimismo. El optimismo cultural, claro, dada la temática de este blog. Aquí va el primero. Hoy he hecho unos cuantos viajes en metro por Bilbao y en todos ellos he visto a muchos viajeros leyendo periódicos y, sobre todo, libros. Me ha parecido que bastantes más que otras veces. Viajeros jóvenes y mayores, hombres y mujeres. Leyendo novelas y ensayos, poesía y libros técnicos. Muchos, incluso, haciéndolo de pie, lo que puede llegar a ser bastante incómodo. Les aseguro que me he sentido muy reconfortado al ver que hoy eran minoría los que jugaban a matar marcianos con su móvil.
Pero es que además me he enterado de que el programa especial con Belén Esteban (el título, España pregunta, Belén responde, era un poquito pretencioso) captó tres millones de espectadores, muy lejos del más visto de la jornada. Y qué quieren que les diga, me ha parecido que es un resquicio de esperanza. Aún tenemos remedio.
Como la gente está especialmente sensible, voy a matizar mis afirmaciones. No tengo nada contra quienes emplean su tiempo libre matando marcianos con el móvil (o cualquier otro juego) o mirando al vacío mientras viajan en metro o autobús. Faltaría más. Me parece que es mejor leer, pero por mi parte como si quieren ir dormidos en su asiento. Tampoco tengo nada contra quienes ven programas en los que sale Belén Esteban o cualquiera de las personas que pueblan los espacios de ese tipo en televisión. Aunque espero que comprendan que estime más interesante ver otros programas o emplear ese tiempo en otra actividad. Dormir una hora más esa noche puede ser una opción excelente en un país en el que por término medio se descansa menos que en Europa.
Así que hay brotes verdes y espero que esto vaya en aumento. Menos Belén Esteban y más cultura, y las cosas irán un poco mejor. Seguro.