Un millón de chinos se dedican a escribir novelas en Internet y viven de ello. Me parecen hasta pocos. Hace un tiempo se publicó que hay allí más de 20 millones de jóvenes aprendiendo a tocar el piano, y tanto los sellos discográficos como los agentes están convencidos de que en breve dominarán el mundo musical. De hecho, no dejan de aparecer jóvenes talentos procedentes de aquel país.

Así que el millón de novelistas vía Internet puede crecer a poco que aumente la demanda. Otra cosa es que sus obras sean verdaderamente notables. Hay en su régimen de trabajo un nada disimulado estajanovismo (tienen que escribir un número mínimo de páginas al día) y me parece que eso favorece poco la calidad. Pero no descartemos que de ahí surjan en las próximas décadas unas cuantas docenas de escritores de primera. De momento, es literatura al por mayor pero quizá mañana sean páginas de oro.