Los libros están gravados con un IVA del 4% porque se consideran un producto de primera necesidad. Pero solo los libros en papel. Si el contenido del libro se ha descargado de la red, el tipo de IVA es del 16%. De donde se deduce que lo que importa es el soporte y no el contenido. Es como si las alubias llevaran un tipo de IVA distinto según las compráramos en envase de cartón o de plástico.
Esto se llama una política cultural coherente… sí señor. Aunque también se puede llamar confusión descomunal. Alguien va a tener que empezar a poner orden en el Ministerio de Cultura. O en el de Hacienda. Quizá el problema sea que se deja a Hacienda hacer política cultural.