Hay habitantes de algunas ciudades que cargan sobre sus espaldas, en términos históricos, con una dosis enorme de horror. Los moscovitas figuran a la cabeza: tiranías sin cuento, intentos de invasión por parte de los mejores ejércitos de su tiempo, hambrunas, persecuciones políticas y terrorismo de todo signo. Esta mañana, un puñado de ciudadanos sin culpa que acudían a sus puestos de trabajo han muerto o han resultado heridos por la sinrazón terrorista. No quiero añadir nada más. Sólo poner unas notas de música del compositor más ruso de todos (lo dijo Stravinski). Diez minutos del más intenso dolor.
Se trata del último movimiento de la Sinfonía Nº 6 Patética de Chaikovski. Orquesta Filarmónica de Leningrado, dirigida por Evgeny Mravinsky.