Cada veza entiendo menos ciertas provocaciones artísticas o ciertos experimentos que tienen sentido en campos como el de la psicología pero que son por lo menos discutibles en el arte. Me refiero a la exposición de Marina Abramovic en el MoMA neoyorquino.

En ella, hay varias cosas que llaman la atención: la presencia de una mujer desnuda bajo un esqueleto, componiendo una obra, por ejemplo. O la propia artista, sentada en una silla y en actitud contemplativa; frente a ella hay otra silla y cualquier visitante de la exposición puede acomodarse y mirar a la creadora. O una puerta, más bien estrecha, en la que hay un hombre y una mujer desnudos, y el visitante está obligado literalmente a rozarlos si quiere acceder a otra sala. Por cierto, esta obra tiene ya un cuarto de siglo…

¿Psicología o arte? Seguramente tiene interés recoger las reacciones de los visitantes cuando se sientan ante la artista o cuando notan el tacto de la piel de esas estatuas vivas al traspasar el umbral de la puerta. Pero, ¿es arte? Si la respuesta es positiva, creo que deberíamos pensar que el psicoanálisis también lo es. O la confesión de los pecados.

P.S. La foto está tomada de aquí.