Hay días que están en los libros escritos con el color rojo de la sangre derramada por víctimas inocentes. El 11-M (hoy se cumplen seis años) es uno de ellos. Una de esas fechas que no desentonarían en la Historia universal de la infamia que construyó el viejo argentino ciego que tan bien veía las cosas.
Hay días en que el silencio es el mejor homenaje a los que se fueron antes de tiempo. Como escribió Miguel Hernández, aquel 11-M se agolpó tanto dolor en nuestro costado que nos dolió hasta el aliento. Y hoy, al recordarlo, vuelve a dolernos y volvemos a preguntarnos por qué.
No voy a poner música en este post. En este mundo de ruido constante, el silencio termina por convertirse en un clamor.