He leído hace un rato en algunos periódicos entrevistas y reportajes con declaraciones de Serrat a propósito de la publicación, la semana próxima, de su nuevo disco con poemas de Miguel Hernández. Ya hablamos de ellos en este blog hace unas semanas, así que no insistiré en ese asunto concreto. Pero sí quiero detenerme en algo que comenta Serrat: en cómo cambia la perspectiva con la edad. Cambia la visión sobre la poesía y la vida, el amor y el odio, la belleza y lo monstruoso. Y aquí entra, por supuesto, la cultura. Y esta, con independencia de que exista más o menos un canon occidental razonablemente aceptado, está sometida a las modas y los gustos de cada momento, además del instante vital de cada uno.
No sé si Miguel Hernández dirá mucho a los jóvenes de hoy. A comienzos de los setenta, cuando Serrat publicó su primer disco (aquel LP con cubierta negra, una foto pequeña y grandes letras en gris) con canciones sobre poemas del alicantino, el país terminaba la larga etapa del franquismo y tenía muchos asuntos pendientes con la Guerra Civil (me temo que aún quedan algunos, aunque menos). Para muchos, el disco de Serrat permitió conocer a un poeta cuyos textos llegan muy fácil al corazón.
¿Y hoy? ¿Son estos los mejores tiempos para recordar a Miguel Hernández? Me temo que durante este año se hablará más o menos de él (es lo que tienen los aniversarios) pero luego caerá en un semiolvido. No digo que los tiempos pasados fueran mejores. Eran distintos. Estos tienen bellas canciones. También los pasados.