“Mi mundo se va contigo”. Lo dice una pintada situada a la entrada del parque de Doña Casilda, en Bilbao. No sé si lleva mucho tiempo; yo la he visto hoy.
Hay pintadas ingeniosas, otras reivindicativas y algunas son simplemente suciedad, trazos de pintura sobre una fachada más o menos ilustre. Esta me ha parecido desgarradora. Un grito de nostalgia. Una llamada desesperada.
Hace muchos años, vi una serie de pintadas en la carretera que une un pueblo de la Costa Brava con la autopista. En cada puente, y había unos cuantos, estaba escrito ‘Giulia, ti amo’. Alguien me contó que fue el último recurso, el último cartucho que quemó un amante desesperado. Sabía que por esa carretera iba a circular, alejándose de él, la mujer que lo había abandonado y decidió mostrarle su amor de esa manera.
Con esta de hoy pasa algo parecido. “Mi mundo se va contigo”. Cuánto dolor concentrado en solo cinco palabras.