Se acerca el día de los difuntos. ¿Hace falta otro motivo para releer Don Juan Tenorio (está aquí en versión íntegra), esa obra de teatro que hasta hace unos años se representaba en casi cualquier capital de provincia en estas fechas? Tampoco estaría mal revisar Bajo el volcán. Reconozco que a mí se me atravesó un poco cuando lo cogí por primera vez, hasta el extremo de abandonar la lectura. Luego volví a empezar (entre tanto, había visitado Cuernavaca e intuido por dónde podía quedar El Farolito) y fue una verdadera experiencia literaria.
Y para escuchar, por supuesto Don Giovanni.