Las llamas cercan Atenas y la Acrópolis está en algunas imágenes enmarcada en fuego. No sé si es el mayor incendio en la ciudad desde Jerjes, pero las fotos y los vídeos que estamos viendo estos días alarman y mucho. Por las vidas en peligro, por los daños económicos y por los perjuicios a tanta gente obligada a abandonar su casa. Y, por supuesto, por el ingente patrimonio que si el incendio sigue sin control puede verse amenazado.
Muchos viajeros muestran una cierta decepción al regresar de la capital griega: es sucia y caótica, comentan; todo está bastante destartalado y ha habido una excesiva presión del sector turístico en algunas zonas, convirtiendo calles completas en bazares para visitantes de todo el mundo. Eso es cierto. Pero también lo es que sólo por la Acrópolis merece la pena el viaje, aunque sea desde la otra punta del mundo. No hay muchos sitios en el planeta de una belleza semejante. Aunque, como está contando estos días Íñigo Domínguez en sus reportajes de verano sobre el crucero, el común de los turistas prefiere las tiendas a los templos. Así nos va.