La ABAO concluyó su temporada hace semanas, y las Sinfónicas de Bilbao y de Euskadi la terminan estos días con dos programas de gran interés. La BOS (con la Sociedad Coral) programa para mañana y pasado en Bilbao el Requiem de Verdi, una obra que surgió como partitura colectiva en honor a Rossini y terminó componiéndola en su integridad el autor de Aida en homenaje a Manzini. Günter Neuhold, nuevo titular de la BOS, estará a la batuta.

La OSE ha programado la obertura de Los esclavos felices de Arriaga, el concierto para violonchelo Nº 1 de Shostakovich y la sinfonía Nuevo Mundo de Dvorák para su despedida de la temporada, el sábado en Bilbao. La solista será la argentina Sol Gabetta y dirigirá Andrei Boreyko, que a partir de septiembre será el principal director invitado de la orquesta.

Ha sido una temporada de transición en ambas formaciones, con una presencia reducida de Neuhold en Bilbao y un programa en cuya elaboración tuvo poco o ningún papel, y sin director titular en la OSE. Por razones laborales, apenas he podido seguir la actividad de ambas orquestas, así que voy a pedirles que, si han tenido ocasión de acudir a conciertos, nos cuenten qué les ha parecido.