Si aplicamos los criterios que ustedes y yo definimos hace un par de meses para evaluar a los aspirantes a ocupar la Consejería de Cultura, Blanca Urgell los cumple sólo a medias porque no tiene experiencia de gestión cultural. Por lo demás, la avalan su prestigio académico y el respeto que suscita en el ámbito del euskera. No seré yo quien le niegue un crédito de al menos cien días antes de empezar a juzgar su trayectoria, pero ¿a ustedes qué les parece el nombramiento?