A mí me aburrió la película ‘Todos estamos invitados’. No me gustó la historia que contaba porque era inverosímil y su acercamiento a la realidad vasca se quedaba a la altura de un comentario de tertuliano. Pudiendo haber escarbado en las tripas del monstruo, se quedó en la piel, arañándola con un mondadientes. Para demostrarlo les traigo una triste noticia. Manu Rueda describe hoy en el periódico como la hija de Isaías Carrasco ha vuelto al peaje donde trabajaba su padre.
Me parece una de las historias más dramáticas publicadas ultimamente en EL CORREO. Sandra Carrasco tuvo que atender ayer a los simpatizantes de ANV que acudían al Pleno de Mondragón para apoyar a quienes no consideran necesario condenar el asesinato de su padre. En ese puesto de trabajo perfectamente podrá darle el cambio cualquier día a los asesinos o a los chivatos que informaron sobre el ex edil socialista. Esto es lo que hay. Esto es lo que no vimos en la película porque en este país la realidad siempre va un par de pasos por delante de la ficción.
Como cuenta Manu Rueda en su excelente crónica, si el ánimo de Sandra Carrasco flaqueó al saber que la ¿moción ética? sobre la muerte de su padre había sido desestimada, ese sentimiento «quedó para ella». Una denominada moción ética para rechazar un asesinato que es rechazada. Probablemente, no hay mejor termómetro sobre la ética en el País Vasco. En Euskadi suceden muchas cosas que no ocurren en otras latitudes. Esta semana, el diputado general de Vizcaya diagnosticaba: «Tenemos un país enfermo porque ETA envilece las relaciones sociales». A veces creo que esa enfermedad moral está más extendida de lo que parece y tiene que ver con muchas más cosas de las que creemos.
¿Por qué los casos más violentos de ‘bullying’ registrados en España han tenido lugar en Euskadi? El recuerdo del ‘caso Jokin’ –el joven de Hondarribia conducido al suicidio por algunos de sus compañeros ante el silencio del pueblo– todavía es doloroso. O el de la menor de Ermua a la que sus compañeros apalearon y atropellaron con una moto el pasado más de febrero. La primera respuesta pública del departamento de Educación fue hacer público los datos de la víctima . La condescendencia hacia lo brutal, la equidistancia, la relatividad moral deberían preocuparnos porque no está sólo en el ámbito político, como algunos se consuelan con pensar. Como dijo José Luis Bilbao: Un país enfermo.