Por una parte, algunos de los libros más vendidos de los últimos tiempos son textos de una paginación fuera de lo común, tanto en lo que se refiere a best sellers como a literatura de calidad. Hablamos de Vida y destino, La catedral del mar, Los pilares de la tierra o Juegos sagrados. Libros que presento desordenados a propósito y cuya calidad no pretendo comparar. Pero que se aproximan, si no las superan, a las mil páginas. Hace unos años, tuvo un notable éxito Un buen partido, que alcanza las 1.500. Y qué decir de la trilogía de Ramiro Pinilla: más de 2.500 páginas en total. O de la de Javier Marías, unas 1.500.
Pero podemos ampliar el campo: El canto de las sirenas, un ensayo profundísimo de Eugenio Trías sobre la música, lleno de erudición y amor por esa disciplina artística, un texto de unas 700 páginas, es uno de los más vendidos del momento.
O sea que se lee. Y se leen textos muy largos. ¿Cómo recogen eso las estadísticas? Porque si hablamos de compra de libros, estaremos de acuerdo en que tiene la misma lectura (medida en tiempo) la novela de Chandra (Juegos sagrados) que otras cuatro de longitud más convencional. Pero mientras se lee aquella no se lee nada más. De manera que podrían bajar las ventas, medidas por unidades, pero no descender, e incluso aumentar, el número de páginas leídas, que es más importante. En cualquier caso, los agoreros que han pronosticado el fin del libro a medio plazo, y el del libro largo, a corto, deberían reflexionar un poco.